Ojalá no supiera qué energía
física o espiritual desaprovecho,
si al darme tantos golpes en el pecho
hoy apenas si alivio mi agonía.
Pues a priori me restan simpatía
al tratar de esconder ese provecho,
a menudo ganado por derecho
que sin duda me rompen la alegría.
Hoy prosigo mi senda con mi sino,
atando dignidad con obediencia
lejos de todo ruido y alboroto,
como si fuera el único camino
donde no exista acaso la conciencia
que pronto me ocasione un terremoto.
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