Vuelve el nacionalismo trasnochado
alimentando sueños de princesas
con sus príncipes, duques y marquesas,
a lucir los despojos del condado.
Hoy que se cuide el rey, que desahuciado
termina con el cupo de promesas,
que una vez liquidadas sus empresas
a su corona mira malparado.
Si los reinos de taifas van y vuelven
a la ruina nos llevan los politices
dispuestos a pedir la independencia,
mientras que en sus marañas nos envuelven
siempre con resultados tan raquíticos
que ninguno merece reverencia.
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