Ya me quiero del mundo desligar
y separar mi vida del trabajo,
pues falto el interés que me distrajo
muy fácil me resulta renunciar.
Porque mi alma camina sin parar,
queriendo distraerse con el tajo,
y creyendo tomar un buen atajo
nunca le preocupa el bienestar.
Y no es hoy el trabajo un gran placer
que tarde o más temprano te esclaviza
por lo que sanas son las vacaciones
lejos de convertirlo en un deber
que te suponga darte la paliza
encima de comerte sus marrones.
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