Como jardín de rosas ya en flor,
en mi baldía cueva me impaciento,
como busco en mi fuente de sediento
el brillo de tu piel multicolor.
Y apenas si me ocupo del amor
pues sólo de mi curro me alimento,
que sólo trabajando a sotavento
lo puedo conseguir sin flotador.
Y aprovechar quisiera el acicate
de amarte siempre libre de prejuicios
justo antes de que el ánimo se asiente
pues sin fe para un lúcido rescate
vanos resultan hoy quizás los juicios
por no decir inútil e imprudente.
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