Malo que nos maneje el fanatismo,
que siendo como sádicos chacales
al practicar sus hábitos normales,
al descubierto deja su intrusismo.
No confío en ningún nacionalismo
al sufrir sus abusos garrafales,
comportamiento propio de animales
que practican de gorra el servilismo.
Que nos amemos, dicen, como humanos,
muchas instituciones religiosas
a menudo, pardiez, me da la risa,
pues siendo como somos tan tiranos
maldiciones decimos horrorosas
tan pronto regresamos de la misa.
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