No gozará de veras más mi vista
sin otro resplandor que tu presencia,
ni destruyendo apaños en la ausencia
quisiera parecer inconformista.
Nunca he sido en amores un artista
deseando acentuar la diferencia
pues al mostrar mi alarde de paciencia
siempre inhibo el deseo moralista.
Lejos quiero omitir cualquier abismo
sobre el cual la pasión se precipite,
si agradeciendo al alma su coraza
por salvarme del más hondo egoísmo,
convierto mis agobios en convite
donde el sueño no sea una amenaza.
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