Como la vida ya no admite esperas
sacar persigo crédito al presente
aunque sea de forma muy prudente
sin saltar a lo loco las fronteras.
Y aunque admirar no admiro las banderas
a las dificultades hago frente,
eso sí, de manera permanente
por más que obviar no pueda mis ojeras.
Pues yendo más allá del firmamento
puede que me rebasen las palabras
al descuidar los bordes de lo humano,
porque ajeno no vivo del tormento
por no admitir ideas muy macabras,
quién sabe, propias de cualquier tirano.
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