Deja que el sol sacuda nuestro olvido
sin que sus rayos asen nuestras pieles,
pues si pronto perdemos los papeles
bastante más cordura yo te pido.
Pues de verdad, desnudo me despido,
dejando a buen recaudo mis pinceles
porque pintar no pinto tus laureles
cuando esperar no espero tu cumplido.
No debes pretender amiga mía
que el mundo todo entero retroceda
obedeciendo siempre tus antojos,
pues pudiera romper la fantasía
si pretendiendo continuar la rueda
de nada te sirvieran los hinojos.
|