Vida que surges de la tierra sola,
sin otro mor que tu instintivo aliento,
cuánto prodigio esconde tu sarmiento
retoñando del suelo su aureola;
cuánta vida no exhibe una amapola
con su belleza bajo el firmamento
si nos produce sin igual contento
al tejer su señal de gran vitola.
Así se acerca fiel la primavera
llenando nuestra vista de colores
y a los campos de verdes decorados,
para darnos de forma placentera,
con su exquisita variedad de flores
frescos y naturales resultados.
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