Pues no resulta fácil ni posible
el llevar vida sana y duradera,
cuando el amor no admite más espera
siendo con la vileza incompatible.
Y por que soy bastante susceptible
recordando lo pobre que ya fuera,
nunca me lucirá la primavera
de forma que no sea previsible.
Porque alma que no siente ni padece
de piedra ha de tener los sentimientos,
si acaso se debate con su gloria
desprotegiendo cuánto le apetece
sin contabilizar los sufrimientos
que a buen seguro ronden su memoria.
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