Hacia la mar navega mi barquilla
desplegando sus velas a la par,
pues el viento de frente ha de afrontar
y mantener el rumbo de la quilla.
Tanto que grácil leva la escotilla
y apenas tiempo queda de virar,
por su constante y súbito bregar
al buscar del través la ansiada orilla.
Porque la mar esconde su sorpresa
y cualquier imprudencia sale cara
si la calma total desaparece,
pues si saltan los vasos de la mesa
y doblarse se dobla la mampara
mejor será que quien no crea rece.-
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