Andando soledades yo confieso
que se me quiebra el cielo en los costados
que se me abre el alma en dos pedazos
y se acaban los besos de un plumazo.
Acaricié ternuras y ocasos
te regale una parte de la luna
me redimí con todas tus locuras
y amansé una estrella por si acaso
Aún así te resististe
y me dejaste en mis silencios y fracasos.
Con palabras altivas me mostraste
que a veces el silencio no se vende
y si eso es asi tu lo comprendes que
no me puedo rendir en tu presente.
No me pidas amor con tus olvidos,
no me pidas que yo robe al destino
sentimientos prestados y afectos
ni siquiera el candor que te presiento.
Me marcho ya de ti
sin mendigar amor que se marchita
y en la eterna virtud se crucifica.

Fernando Pérez.