Gloria que nunca disfrutar pudiera
es la que siempre espero de tus brazos,
como sabe dios temo tus tortazos
que pronto huí a distancia de tu vera..
Pues con disgustos hice mi bandera,
de sueños la ilusión de mis abrazos
que a la postre sentí sus coletazos
incluso atravesando la frontera.
Y muy tarde repita la ventura
que nunca más probara por ahora
dormir de nuevo en brazos de Cupido,
pues aunque justifique mi locura
de manera satánica y sonora
siempre daré mi intento por fallido.
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