Llega la Navidad,
un tiempo de alegría y de esperanza
para muchas personas, de añoranza,
si compartir no pueden hoy su sabia amistad.
Tendiendo francas manos, que quiten soledad
serán sus almas puras una alianza,
al promover pacífica confianza
y lograr unidad.
Unidad que parece paradoja
en un mundo a la fuerza tal vez globalizado
y a la vez masacrado por el hambre.
Cuando miro los ojos, húmedos de congoja
mientras otros derrochan demasiado
justicia pido buena, no atada con alambre.
|