Buen año, anónimos amados.
Tras una retirada cavernaria
Vuelvo a la práctica del verso
Con propósito, como otros, renovado.
Espero que, si no os acordáis de mí,
Me recibáis con crítica amable
Y no con dudosa benevolencia,
Que al halago prefiero el sable.
La gente veterana me acogió tan bien
Que me embarga el sabroso recuerdo
De aquellos comentarios a mis versos
Lo que ahora de verdad me preocupa
Es volver a sintonizar con mi conciencia
Que no está en la ciencia, sino en la poesía.
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