Yo reivindico al géminis profundo
alejado del tópico letal
que rudo le llamó superficial
a lo ancho y largo de su extenso mundo,
malgastando su honor en un segundo
mucho antes que el destino natural
bendiga mi inicencia angelical
y ante la cual con desazón me hundo.
Así, entre cambalaches incesantes,
se sucede mi vida, de la noche
a la mañana, bien desobediente,
rehuyendo los trances apremiantes
que al final se convierten en reproche
sin que nadie me explique el ascendente.
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