Adoctrinar jamás yo me propongo,
dios me perdone, a nadie del planeta,
porque si a gusto vive con su teta
el rechazarla sonaría a tongo.
Por supuesto que cuido mi mondongo
y caro me resulta la receta,
que a cambiar no me lleve de chaqueta
y a mantenerla limpia me dispongo.
Elegir ya quisiera a mis amigos,
al margen, sí señor, de sus ideas,
sin pretender cambiarles de rebaño,
porque podrían ser mis enemigos,
si a bailar me llevaran con las feas
sin conocer conscientemente el paño.
|