Como no sé si en medio de mis gustos
se puede disparar el pensamiento,
y usando las palabras al momento
me escondo mar a dentro en mis disgustos.
No registro deseos tan robustos
que me cubran el hambre ni el tormento,
aunque me calle bajo juramento
y no sienta el calor de mis arbustos.
Pero si me termino conformando
con todos los momentos agradables
que hasta el final la vida me reserva,
no me contento con la porra dando
cansado de buscar tal vez variables
en los desiertos de la mala yerba.
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