A recibir maltrechas puñaladas
a este planeta, diablos, no he venido,
porque no me resulta entretenido
disfrutar de la vida a bofetadas.
De sobras sé que a base de patadas
obligado quizás salí del nido,
con todo el sentimiento dividido,
harto de soportar barrabasadas.
Seguramente, a competir tampoco,
resignado a poner la piel en venta
en cada recoveco del camino,
pues creer en la suerte creo poco,
y menos superados los sesenta
cuando ya cuesta mantener el tino.
|