Aplaudir no quisiera los fracasos
del cualquier enemigo por las buenas,
pues a veces de orgullo te envenenas
y al demonio le sigues bien los pasos.
Incluso disfrutar según los casos
hay quien soltando al aire sus melenas,
al pairo igual le traen las sirenas
que entre sonrisas hacen los payasos.
Pues de arruinar a nadie hoy presumo
porque los éxitos no son mi vicio,
ni lo serán seguro dios mediante,
tanto que a protestar también me sumo
al verlo como parte de mi oficio:
reflexionar y claro, dar el cante.-
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