Tanto ambiciono amar que nunca puedo,
pues cuando libre fluye el sentimiento
no conozco guarida ni tormento,
loco voy y ante nada retrocedo.
Después, a buen seguro, me entra el miedo
y todo se me vuelve pensamiento
que jorobando al alma su contento
todo parece interesarme un bledo.
Hoy quisiera saber por qué me late
tan fuerte entre mi pecho y las espaldas,
esa contradicción que sin motivo
y sin cesar el corazón me abate,
como si bien oculta entre las faldas
a ser me presionara primitivo.-
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