Y AS, CON MI SONETO, HOY LO DIGO
fuera de que en mi lengua queden pelos
porque quienes no arriesgan ya sus celos
mucho menos comparten pan de trigo.
Y a los que callan, claro, les maldigo
por guardarse , por dios, los caramelos
que heredaron quizs de sus abuelos
y guardados los tienen al abrigo.
Porque an privilegios s que quedan
y mucho los defienden con sus dientes
y sin pudor visitan tribunales
buscando que los jueces todos cedan
y borren sus tentculos pendientes
aunque caigan, incluso, cardenales.
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