Y tanto me obligaron de rodillas
a creer sólo en Dios a su manera
como única razón en cartelera,
que lleno de objeciones y trampillas
pronto necesité de pies juntillas
negarlo casi todo como fuera,
tanto que deseaba que existiera
para así liberar mis espinillas.
Pero mi mente tan confusa quiso
probar otros niveles de actuaciones,
que acariciar muy pronto me impidieron
el mundo con pasión y compromiso,
poniendo más valor que aclaraciones
donde quizás la moto me vendieron.
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