Sin más celebraciones ni agasajos
abandoné mi vida laboral,
porque siendo el ambiente criminal
poco dignos resultan los trabajos.
Podrían ser los compañeros majos
en una relación coyuntural,
pero tornábase tal vez fatal
en los momentos de tomar atajos.
Porque bien sabe Dios lo que me cuesta
hoy día conservar las relaciones
que estén contaminadas de intereses,
tanto que la calumnia me molesta
cuando se manipulan situaciones
y olvidar se persiguen los reveses.-
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