Al ver como las lágrimas vertidas
tan sólo me han servido de lamento,
hoy escuchar no logro ningún cuento
si sospecho que sangran mis heridas.
A buen seguro que tendrán salidas
en algún socavón del firmamento,
donde con un templado fundamento
liberarse podría de sus bridas.
Sentirme solo no me angustia tanto
como verme acusado sin sentido
ya por los cuatro puntos cardinales,
pues podría morirme del espanto
sin ilusiones, mudo y aburrido,
diría, para colmo de mis males.-
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