Y una vez que cansado a casa llego
de buscarme la savia de la vida,
empieza el melodrama más suicida
que bregar se supone con el ego .
Pues si contara con algún apego
que aliviara mi paz comprometida,
encontraría igual cualquier salida
y de paso también algún sosiego.
Pero amargo resulta de seguro
aprender a vivir libre de lucha
cuando por todas partes nos bloquean,
al pintar de marrón cualquier futuro
porque la suerte más poca que mucha
siempre de cualquier forma la estropean.
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