Sin hacer abstracción en mi memoria
del casi puro azar de mi existencia,
no tiene por costumbre mi conciencia
rescatar del olvido aquí su historia
Y quizás hoy resulte perentoria
tan insignificante penitencia,
tener que soportar tanta exigencia
para encima aceptar su moratoria
No me ofendo contando mis venturas
acerca de mis locos amoríos
si en secreto los llevo hasta la tumba,
pues no voy a tragarme las locuras
que todos mis intentos fueran líos
tan siquiera que al sueño sólo incumba.
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