Todo el poder pegado a sus talones
muy juntos al sillón donde se agitan,
trabajando en los juicios que vomitan
nuestros jefes no tienen corazones.
Defender intereses son razones
sobre las que al final se supeditan,
a enriquecerse todos se limitan
porque del timo son los campeones.
A todos les alegra la corbata
al ver a buen recaudo su señuelo
en beneficio de su propia siega,
por más que su silencio les delata
dejando por doquier rastros de hielo
que la vida se cascan en la brega.
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