Capaz de hacer de tripas corazones
me muevo por el mundo deprimido,
quizás porque asustado nunca pido
bajarme de favor los pantalones.
Porque entender no entiendo de razones,
los malos rollos fácil los liquido
sin pretender andar de presumido,
pidiendo ayuda a Dios por los rincones.
Igual nací ya triste y desconfiado
como no pudo ser de otra manera,
pues siendo maltratado a la patada
hoy me manejo fuerte y relajado,
pero evitando atravesar la acera
por si acaso el glotón de juez se enfada.
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