Sólo contienen odio en su mirada
quienes al pobre dejan desahuciado,
quizás porque viviendo despreciado
a las clases políticas enfada.
Si en la miseria más salvaje nada
de poco puede ser desmantelado,
y muchísimo menos acusado
ante la absurda ley manipulada.
Cala hondo el criterio de los ricos
en las entrañas de la clase media
con sus dosis de juicio religioso,
porque cerrando de favor sus picos
al estamento más servil asedia
tachándole de ruin y peligroso.
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