Permíteme vivir sin espavientos
y seguir la corriente de mi bola
aunque sea tirado a la bartola
mientras pueda rumiar mis pensamientos.
Déjame disfrutar de los momentos
admirando y diciendo al mundo hola,
como sabes también que eso me mola
sin que hubiera de herir tus sentimientos.
Muy franco quiero ser aunque me cueste,
y andar con la cabeza levantada
estando tan seguro de mí mismo,
que como el cielo pinta azul celeste
hoy mi conciencia duerme descansada
lejos de todo cándido espejismo.
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