Habiendo recibido el mismo trato
que aquellos animales de la calle
bastante fuerte ha sido tu detalle
que sin razón me llamas mentecato.
Y no quiero pasarme todo el rato
pensando, si pretendes que me calle,
o quizás que en la arena me desmalle
hasta que justifiques tu alegato.
Cuando miro hacia atrás y me arrepiento
de las amores sin razón perdidos,
no es más que una ilusión distorsionada
de los problemas que a menudo enfrento,
sabiendo que mis pobres apellidos
nunca aquí se han batido con la espada.
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