Si he llenado mi mente de mentiras,
o lo que es lo mismo de secretos,
¿qué tal si yo te brindo mis respetos
dejándote en herencia algunas liras.?
Espero, dios, no levantar tus iras
si al recorrer los mismos vericuetos,
a propósito fueran mis sonetos
hoy la razón por la que tú deliras.
Si a mentir te acostumbras de repente
volviendo del revés las sinrazones
por inocente que por fin vivieras,
mejor sería reiniciar la mente
que pretender disimular las pasiones
obviando cantidad de ventoleras.-.
|