Morir, mirando abajo
a los que antes murieron boca arriba,
partir hacia el carajo
y no escuchar del mundo la diatriba.
Morir sin voces necias,
sin escuchar ramplonas necedades…
morir sin las inercias
que a la vida arrancaran falsedades.
Irse tal vez del mundo
en la hora que todo lo disuelve,
caer en un segundo
como gota escurrida que se mueve.
Arrancarle a la noche
al expirar del mundo sin remedio
el mas profundo broche
de las notas dolientes del salterio.
Salir por ancha puerta
ungido sin dolor… muy transparente,
tener la vida muerta
y sonriendo en el cosmos nuestra mente.
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