De la España cañí es la hidalguía,
de las almas aztecas la nobleza,
de Sancho el escudero la entereza,
del genio mexicano la fe mía.
Si España seductora… así empieza,
luz y sombra del hombre que porfía
y pone en sus sabores la valía,
de su amor… la simiente que sí pesa.
Nueva España nació a pleno día,
cobriza y noble raza mexicana:
jaranera, audaz y bailadora.
Un caballero azteca en sintonía
con la Iberia moderna y más humana,
graciosa y hoy versátil cantadora.
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