Hoy quisiera de nuevo
abrir una rendija a la esperanza
y desterrar por fin cualquier venganza
aunque costar, lo sé, me cueste aún un huevo.
Pero valiente soy y a pensarlo me atrevo,
quizás con sentimientos de añoranza,
que viendo el horizonte en lontananza
de aquí nada me llevo.
Porque manipulada la cultura
el poder nos educa como más le interesa
atendiendo a sus círculos afines,
como pudiera ser hoy la magistratura
que a los ministros sus manazas besa
por conseguir, sin duda, muy suculentos fines.
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