A quién va y por qué tanto escribimos?
cada poeta tiene sus propios motivos,
unos dirán que dejan respirar al alma,
otros que sus poemas son puros gritos,
si el corazón sangra por todo lo vivido.
También se sumen en los recuerdos,
aquellos que debieran ya ser olvido,
si no traen consigo la paz necesaria,
para saltar de la cama de un brinco.
O se diseña un futuro brillante, divino,
dónde no quepa el dolor mas mínimo,
poseyendo aquello que nunca tuvimos,
lo ideal, lo hacemos hasta casi posible,
buscándolo en el detalle más ínfimo.
A veces fingimos que es un poema,
aquello que llevamos a la piel cosido,
otras jugamos a que lo descosemos,
cuando se nos acaba el mejor hilo.
En cada palabra de lo escrito,
queda un trozo de nosotros, íntimo,
dejando entrever un halo del alma,
un soplo de aquello que fué respiro,
en un poema vacío, si no es leído.
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