Quizás ni queme el brillo eterno tanto
que justifique malograr la vida,
toda vez que el poder real lo pida
mientras el bien se cubra con su manto.
No quisiera escuchar de nuevo el llanto
que me castigue el goce y la comida,
al ser otra la vara que me mida
porque no se resigne con mi encanto..
Pues a juzgar por cuanto se me muestra
mejor será reinar en los infiernos
donde el confort lo pintan bien caliente,
pues sentarse en los cielos a la diestra
viendo cómo se pasan los gobiernos
hoy día no resulta coherente.
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