Quizás nunca querría ver mis piernas
bastante cerca de la luna andando,
ni podría dormir tal vez pensando
que regreso recién de las cavernas.
Pues apenas visito las tabernas
por pasarme los días trabajando,
como tal vez lo hiciera paseando
cuando logro escapar de las galernas.
Supongo que pisar suelo me gusta
como apartar los cardos del camino
según vayan surgiendo libremente,
pues la mar agitada me disgusta
sin mayor fundamento ni más tino
con la cual se ha de liar mi pobre mente.
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