A la gente ordinaria la basura
periodística fácil entretiene,
lo que a la prensa rosa le mantiene
a flote un gran negocio de locura.
Y si la sociedad no se fractura,
aunque muy mala pinta sí que tiene,
a diario de bazofia se previene
que la audiencia la tiene bien segura.
Artificiales son esos programas
que sólo buscan críticas banales
mientras se tapan fácil otros temas,
porque irse se vayan por las ramas
montándose sus propios carnavales
al tiempo que se olvidan los problemas.
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