Guadaña en mano corre muy discreta
rauda y veloz la puñetera muerte,
quién lograra escapar de aquesta suerte
si de momento nadie la respeta.
Bajo del brazo trae su carpeta,
y aunque parezca cruel y también fuerte
no resulta muy fácil que deserte,
porque muy bien conoce la receta.
Y resulta normal que asuste un poco
porque en principio a todos nos conoce
presentándose a solas de improvisto,
a no ser que nos diera un mal siroco
donde el propio esqueleto se destroce
según que su futuro haya previsto.
|