Si debió ser el llanto sin control
mi primer alarido de protesta,
siendo el castigo la peor respuesta
que encontré disponible bajo el Sol.
Pero aunque perseguí siempre mi rol
invirtiendo mi vida en esta apuesta,
quizás me resultara algo indigesta
que nunca le logré marcar un gol.
Y busqué soluciones por atajos
viajando siempre libre de equipaje
porque cualquier agobio fuera mucho,
porque además de padecer trabajos
ya me obligaron a pagar peaje,
del cual en contra todavía lucho.
|