Si no hago compatible la destreza
con esa vida práctica y veraz,
de la cual yo presumo ser capaz
evitando caer en la pereza,
nada me salvará de la tristeza
aunque en mi cara ponga un buen disfraz,
viéndome como falso lenguaraz
que mienta con bastante ligereza.
Así me soluciono mis asuntos,
como mejor los vea a simple vista
sin que nadie me asista ni me empuje,
y aunque luego analice bien sus puntos
pasándoles a cada uno revista,
evito que al momento se me estruje.
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