Ahora que no suena su paciencia
Y no alborota mi mañana sus susurros
Ahora que su risa no refresca mi verano
Y no despierto al compás de sus pisadas
Ahora que el vacío me consume por las noches
Y mi sueño se hace extenso al mediodía como hoy
Ahora que sus ojos no adivinan mi pesar
Y se esfuman mis relatos en el tedio de su ausencia
Ahora que mi cena se convierte en desayuno
Y el verbo cocinar se vuelve un mandamiento
Ahora que doy vida a las cosas de mi casa
Y le hablo a las paredes, las escobas, los trapos y un espejo
Ahora que sus fotos congelaron mi mirada
Y el tiempo me seduce a escribir con ironía
Ahora y precisamente ahora, me consumo entre dos líneas:
¿Dónde estás papá?, ¿Dónde estás mamá?

14-02-2013

EDUARDO21