Un sueño necesito en tanto en cuando
me permita pecar discretamente,
que liberando de dolor la muerte
verme me vea yo descontrolado.
Porque viviendo estoy intoxicado,
tanto que me resulta deprimente
ver como quien se tira desde un puente
ya ni a Dios dejará preocupado.
Porque a veces tan sólo basta un gesto
para ser solidario con el mundo
que incrédulo a menudo nos rodea,
cuando al sentirse torpe e indispuesto
le angustia fácil un dolor profundo
porque salida del follón no vea.
|