Desde la perspectiva de lo eterno
todos los mundos son imaginables,
y ojalá que los rumbos más probables
nada tengan que ver con el gobierno.
Pues de tanto ofrecernos el infierno
los arzobispos visten impecables,
y hacia el trono caminan imparables
cuando la paz les interesa un cuerno.
Lejos caminan del dolor del mundo
pareciendo que van contracorriente
a las necesidades del rebaño,
mostrando su egoísmo más profundo
quizás cuando millones hoy de gente
carecen fácil de cualquier apaño.
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