Reconocer la patria ya me cuesta
porque quien me la vende sin oficio
lo practica por propio beneficio
y el truco demasiado me molesta.
Yo la mente la tengo bien dispuesta
y siempre libre de cualquier prejuicio,
denunciando a los pánfilos del vicio,
asunto por el cual se me detesta.
Fácil resulta tan sutil mentira
de quien la pasta lleva al extranjero
y a misa asiste todos los domingos,
porque puede mentir igual la tira,
aunque parezca un sano caballero
que su riqueza extrae de los bingos.
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