Equivocarme más tal vez no quiero,
puesto que los errores salen caros
mientras vengan repletos de reparos
y falto yo me encuentre de dinero.
Porque sin ser un buitre carroñero
superar no consigo a los avaros,
aunque en la frente yo me ponga faros
para evitar los baches con esmero.
Y rechazar no quiero más la suerte
previendo cuantos dioses necesito
que a la contra maldigan mi existencia,
puesto que estando próxima la muerte
puede que todo ya me importe un pito
y sobrarme me sobre la conciencia.-
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