Si por casualidad no me confieso
responsable de todos mis pecados,
no será que haya muchos desgraciados
esperando que a todos diera un beso.
Con muchos me he portado como un hueso
al verse seriamente amonestados,
que siendo justamente castigados
querrán seguro verme ahora tieso.
Veces habrá que por deber cumplido
algún comportamiento no se entienda
a la hora que se dicte la justicia,
pues tampoco resulta divertido
hacer de juez y parte en la contienda
tratando con problemas de avaricia.
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