Si hacerme derogar cuanto detesto
un favor nunca a nadie le discuto,
ni siquiera le pido aquí un tributo
cuando se trate de poner el resto.
Tampoco yo resulto muy molesto
si alguna vez actúo y ejecuto,
desechando cualquier secreto fruto
que se quiera poner de manifiesto.
Será que los favores nunca cuentan
si se ejecutan libres de intereses
y de cualquier manejo de divisas,
pues los socorros casi nunca rentan
excepto cuando abonen los cipreses
porque acaben aquí todas las prisas.-
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